Vivian Maier fue a la fotografía lo que a un pirata un botín: una recaudadora de pequeños tesoros. En este caso, miles de retozos de una ciudad en fotografías en blanco y negro en medio formato. Su historia es tan curiosa que, al observar su legado fotográfico, sorprende que tuviera que ser descubierto por un aficionado a la fotografía que consiguió sus negativos en una subasta de muebles viejos, John Maloof. Cuál sería su sorpresa al comenzar a revelar los más de 40.000 negativos donde estaba el nombre de la fotógrafa y encontrarse con el Nueva York y el Chicago de los años 50-60, relatadas de esta manera tan personal en miles de fotografías. Niñera durante el día e intrépida fotógrafa, aunque sin pretensiones, durante el resto de su jornada. Su numerosa obra, su calidad y las miles de preguntas que se han generado en torno al personaje han llevado al ahora dueño de sus imágenes a crear un blog donde las va mostrando. Ya saben, si Mahoma no va a la montaña... ¡Que Vivian traiga Nueva York!
No hay comentarios:
Publicar un comentario