Nuestras vecinas



Cuando la fotografía se convierte en una herramienta, en el medio para conseguir ilustrar una realidad que muchas veces pasa desapercibida, cobra un valor añadido del que el fotógrafo en este caso es responsable. Así Teresa Martín, que resultó ganadora del premio del público en la Fiesta de la fotografía que organizó Cienojos el pasado viernes en el MUBAM, presentó una serie de imágenes bajo del título de Nuestras vecinas. La Comunidad Islámica en Murcia.

Bajo este título, que pertenece a un proyecto sobre la Comunidad Islámica que vive en Murcia que realiza la autora, se esconden una serie de imágenes en las que compromiso y respeto se aúnan para intentar ilustrar el modo de vida de los cientos de personas de esta comunidad que conviven en la región ya que, señala Martín, "aquello que no se conoce provoca rechazo". En este caso, sobre las mujeres de esta comunidad.


Es por ello que Teresa afirma que cuando comenzó este proyecto "partía de la voluntad de utilizar la imagen para mostrar otras realidades que normalmente no salen en las portadas de los periódicos, que se desconocen y que, al no ser visibles, públicamente parece que no existen".

Lejos de quedarse en una serie de imágenes, este trabajo adquirió un carácter de investigación sobre la población emigrante, en este caso sobre una comunidad de ciudadanos que tienen en común la religión musulmana en su concepción más amplia, como hecho religioso y cultural, y en lo que su autora recalca importante y necesario establecer una diferencia nítida entre los conceptos de nacionalidad y religión, ya que en muchos casos "no son inmigrantes. Son ciudadanos nacionalizados, sus hijos son españoles y también está la comunidad conversa". 

Tras la historia que hay en cada una de las fotografías se esconden las conversaciones, miradas e incluso risas que han acontecido durante su realización, que han derivado incluso en amistades, a lo que Martín afirma que no ha tenido dificultades para poder moverse con libertad con su cámara, tanto en el interior de las mezquitas como en centros culturales y asociaciones.


Un ejemplo de fotografía comprometida y cargada de un mensaje que va más allá de la mera imagen, en la que prima el deseo de convivencia entre culturas y de que el respeto llegue a brillar, como brillaron sus imágenes durante su proyección del viernes. ¡Su premio lo demuestra!

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